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Te entrego un nido.

Es viernes y Jungkook está sentado en el sofá, con el omega en su regazo, las piernas de Jimin una a cada costado, el alfa lo sostenía por la cintura mientras el omega acunaba su rostro, compartían un beso suave y lento que los hacía suspirar fascinados, el mayor marcaba el ritmo y el otro lo seguía gustoso.

Era claro que después de ese nuevo progreso se harían algo como muy adictos a los labios del otro, los días se habían pasado entre besos fugaces o profundos para saludarse, para despedirse, o en casos que no resultaban extraños besos profundos en cualquier momento del día.

Jimin recién llegó al hospital y como cada día acudió a saludar al de rizos, el omega se encontraba un poco cambiado físicamente, las ojeras se hacían presentes debajo de sus lindos orbes, haciendo que el azul se viera un poco más brilloso pero no relucía debido al cansancio que en ellos se reflejaba, su rostro se veía más delgado y las uñas de sus manos se encontraban desgastadas, todo esto debido al esfuerzo que estaba realizando para mantener sus múltiples empleos.

—Mi precioso ángel —Jungkook se separó del beso y acarició su rostro—. Me prometiste que si te afectaba dejarías que yo interviniera.

—Pero no me ha afectado, estoy bien —sonreía el ojiazul—. Es normal tener ojeras —rodó los ojos.

—Pero siempre estás tan cansado, no duermes bien —reprocha—. Lamento que los socios no aprobaran la modificación del presupuesto —hace una mueca de pena.

Hyungwon reunió al grupo de socios de su empresa, él es el propietario del 70% de las acciones de la compañía, por lo tanto es el dueño mayoritario, pero las decisiones de ese tipo tienen que tomarse en consenso, pero para mala suerte de los Jeon los socios se negaron a retirarla inmediatamente ya que existen contratos de por medio, sin embargo, aceptaron consultar dentro de unos meses para establecer nuevos plazos y trazar nuevas estrategias de ahorro.

—No hay problema —se encoge de hombros dándole un beso rápido en los labios—. Hicieron lo que pudieron.

—Pero en unos meses volveré a intentarlo, planearé nuevas estrategias, te lo aseguro —acariciaba suavemente la cadera del omega.

—Sé que si —deja un beso en su mejilla y se levanta rápidamente—. Tengo que ir a trabajar, te veo en un rato —se despidió con su mano y salió del lugar.

Como siempre el alfa se quedó sólo con sus pensamientos por un rato, Jiyoung llegó luego de unos minutos, pero tuvo que salir a resolver algunas diligencias, el alfa comprendía que sus padres tenían una vida que solucionar después de pasar cuatro meses fuera de un hospital esperando para que su hijo despierte, así que la animó a irse sin problemas, y al encontrarse solo de nuevo, era claro que todos sus pensamientos fueran dirigidos al omega que roba su corazón con cada beso.

Le alarma su salud y sabe que para el chico es fastidioso que se lo recuerde cada que puede, pero no hay nada que él pueda hacer para calmar a su lobo preocupado, solo trata de esperar para que el omega pida su ayuda, no quiere ser obstructivo con las decisiones del chico.

Sus pensamientos lo llevan a las buenas noticias, está próximo a salir del hospital, los médicos se lo confirmaron, si todo marcha bien saldrá el día siguiente por la tarde así que debe pensar en que hacer al salir del nosocomio, sabe que seguramente sus padres no permitirán que vuelva a su apartamento por algún tiempo y eso le molesta un poco, quiere volver a su vida normal, donde era alguien independiente al que no cuidaban de noche y día.

Pronto deja de divagar cuando ve a su chico favorito entrando por la puerta, sus ojos no muestran alegría pero sonríe, no lleva alimentos en sus manos, contrario a eso lleva un par de libros que deja en la mesa donde Jungkook suele tomar sus alimentos.

—No me distraigas —es lo primero que dice el omega y toma asiento en el sillón, jalando con él la mesa para usarla de escritorio.

—¿Y tu comida? —cuestiona con curiosidad en el rostro.

—No tengo tiempo para comida, tengo que enviar una tarea antes de las 12:00 am de hoy y este es el único tiempo libre que tendré —hace un gesto para que Jungkook no le conteste —. Te juro que comeré cuando la haya enviado pero por favor, no me distraigas —su tono era suplicante así que el alfa no tenía más opción que aceptar.

Jungkook tomó uno de sus libros y se sentó en su camilla, comenzó a leer y de vez en cuando dirigía su mirada al castaño, lo veía hacer cuentas con sus dedos y a veces con su calculadora, se rascaba la cabeza ansioso y fruncía el rostro ante la molestia o de vez en cuando emitía uno que otro bostezo, el alfa solo reía bajito por sus gestos pero de pronto se llenó de frustración y angustia que no eran suyas, miró de nuevo al chico, lo encontró donde mismo, cubriéndose el rostro con sus manitas y soltando sollozos que lo destrozaban.

—¿Qué pasa, cariño? —se sentó a su lado sobándole la espalda para tratar de calmarlo.

—Es que no lo entiendo y tengo hambre y también sueño —algo pareció hacer clic en su mente así que dejó de sollozar y se limpió las lágrimas—. Pero estoy bien, o sea, solo estoy estresado por la tonta tarea, te juro que mi trabajo no tiene nada que ver —miraba a los ojos verdes para tratar de convencerlo, el alfa solo soltó un suspiro molesto.

—Te creo, es solo por tu tarea, lo comprendo —su tono era condescendiente —. Y si es así déjalo ir, no pasará nada si no la entregas —dijo más convencido.

—Claro que si, mi promedio bajará y perderé mi beca y... —liberó el aire que estaba reteniendo sin notarlo, talló su rostro fuertemente—. ¡Agh! ¡No lo entiendes! —Jungkook trató de abrazarlo pero Jimin retrocedió evitando más contacto—. ¡No me abraces! —sollozó de nuevo, el de rizos agachó la cabeza—. ¡Es que si me abrazas voy a dormirme y no tengo tiempo para eso! —explica en un tono más elevado.

—Jim, calma, respira —el alfa se puso de pie para empujar la mesa, se puso en cuclillas frente al omega y tomó sus dos manos—. Vamos, respira —tomaba largas y tranquilas respiraciones para que el omega lo imitara, luego de unos momentos Jimin se calmó un poco y por fin pudo abrazarlo, juntó su pecho con el más pequeño, lo rodeó con sus brazos y comenzó a liberar su aroma.

—Jungkook, no puedo dormirme —decía ya adormilado, su nariz buscaba la fuente de aroma del otro, buscando más calma contradiciendo lo que sus palabras querían expresar. El alfa tomó asiento en el sofá y acurrucó a Jimin en su regazo haciendo que el omega cayera profundamente dormido.

Acercó la mesa con los libros y comenzó a leer el libro que estaba abierto, era un tema complicado si, pero para buena suerte a él se le daban bien las matemáticas, inició a responder los problemas que aparecían ahí mientras acariciaba suavemente la espalda de Jimin, a los pocos minutos terminó con ese libro.

En la libreta que reposaba sobre la mesa habían enlistadas otras tres páginas de ejercicios, páginas que resolvió en cuestión de minutos, al finalizar cerró los libros y alejó la mesita, recargó su cabeza contra la del ojiazul y acariciaba su cabello con ternura.

—Déjame ayudarte, bebé —susurraba para no despertarlo—. Por favor —miró la hora en su reloj y faltaban 10 minutos para que el chico tuviera que volver a su área de trabajo así que tenía que comenzar a despertarlo—. Mi cielo, despierta —dijo tratando de sentarlo derecho, pronto los ojos azules se abrieron asustados.

—¡Te dije que no debía dormir! —estaba comenzando a llorar de nuevo.

—Tranquilo, tu tarea está hecha —lo apretaba contra su pecho.

—No es así, voy a perder mi beca —negaba con los ojos cerrados.

—Mi amor, tu tarea ya está terminada, puedes subirla, te explicaré ese tema con calma cuando tú quieras y todo estará bien, descuida —las yemas de sus dedos recorrían los delicados brazos del menor.

—Gracias —soltó un sollozo—. Gracias, gracias, gracias —lo abrazaba por el cuello.

—No me agradezcas nada —devolvió el abrazo—. Haré todo lo que pueda para no verte así de nuevo, lo sabes, solo debes pedírmelo —separó al omega de su cuerpo para que lo mirara a los ojos—. Pídelo y se hará, solo no esperes a estar hasta el cuello —Jimin asintió.

—Lo prometo, esto fue sólo por la tarea —asentía rápidamente.

—Te creeré —besó su mejilla y lo incitó a levantarse—. Ahora ve a trabajar, pero tranquilo, ¿bien?

—Si, alfa —sonrió un poco y se levantó para salir del lugar, sabe que ha estado demasiado estresado y la tarea que no comprendía fue un detonante para su pequeño ataque, pero también sabe que está bien, que apesar de estar agotado puede seguir adelante con la rutina que ha establecido, además el fin de semana está cerca y podrá descansar al menos el domingo, su día de descanso.

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El sábado, para gusto de Jungkook, avanzaba rápido, estaba muy feliz por ser dado de alta, además claro que estaba muy ansioso por ser liberado y salir corriendo a recoger a su omega del trabajo.

Tenía que verlo al menos una vez al día o sino su lobo le sacaría el corazón desde adentro, y cómo ésta vez no podrían dormir juntos por el trabajo del menor, se ofreció a recogerlo de la cafetería y dejarlo en la casa del señor Joon.

Como estaba por salir, el grupo de médicos y enfermeras estaban despidiéndose de él, para todos fue un caso importante debido a su período de gravedad y la sorprendente recuperación que ha presentado.

—Jungkook, deberás venir una vez cada dos semanas para revisar tu actividad cerebral —habla el Dr. Kim palmeando su hombro—. Si tienes dolores de cabeza o mareos es importante que nos lo digas para tomarlo en cuenta, seguimos sin tener bien claro lo que pasó así que no hay que dejar pasar nada —le recuerda—. Nada de manejar equipo pesado y preferentemente no estés tanto tiempo frente a dispositivos electrónicos.

—Claro, haré lo que digan —el alfa puro sonreía contento.

—Por mi parte no creo tener mucho que decirte, solo que no hagas demasiados esfuerzos y sigas cuidando tus pulmones —Hoseok estaba parado en el pie de la cama—. El seguimiento con el doctor Moon lo tendrás dentro de una semana y él te indicará lo necesario —sonreía.

—Lo haré, se lo aseguro, lo que menos quiero es volver aquí —rió bromista.

—Conmigo tendrás que acudir una vez a la semana para terapia, tu brazo parece estar bien pero la rehabilitación es importante —Yoongi hablaba alegre al alfa.

—Claro, si —asentía euforicamente.

—Y antes de irnos y sin afán de molestarte —Taehyung agacha la cabeza—. Quisiéramos hablarte sobre Jim —el ceño de Jungkook se frunce.

—Y antes de que comiences a molestarte, solo queremos pedirte que no vayas a lastimarlo —interviene Hoseok.

—Él es un chico super lindo —dice Yoongi y un gruñido sale de la garganta de Jungkook—. Calmado bestia —ríe—. Sabes a lo que me refiero y sólo no queremos que vaya a sufrir.

—Yo tampoco lo quiero, es lo que menos quiero.

—Lo sabemos, pero también sabemos que tú no siempre deseaste ser un alfa o tener un omega y esperamos que no te arrepientas cuando él se haya encariñado lo suficiente —habla Hoseok.

—Probablemente no deberíamos estar haciendo esto por tu casta pura y esas tonterías —Taehyung lo mira a los ojos—. Pero queremos demasiado a Jimin y creemos que es feliz cuando estás con él, solo te pedimos seguridad.

—Agradezco que se preocupen por él y les hablo seriamente cuando digo que no voy a separarme de él a menos que me lo pida —asintió convencido.

Y era verdad, hablaba con total seguridad, nunca había estado tan convencido de algo, quiere a Jimin, tiene la suficiente experiencia en relaciones a corto plazo como para saber que no quiere al omega ojiazul para algo pasajero, su cariño por él va más allá de los límites y sabe con total certeza que no va a arrepentirse nunca de su decisión, quiere a Jimin tanto como su alfa quiere a su omega

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Al salir del edificio lo primero que hizo fue tomar un fuerte respiro, su brazo iba entrelazado con el de su madre y su padre los esperaba en la puerta del coche.

Todo parecía nuevo, se veía emocionado por ver el cielo sin un cristal de por medio, respirar aire que oliera a otra cosa que no fuera limpieza absoluta, se sentía como un niño pequeño que va al parque por primera vez, quería correr, saltar y aprovechar la nueva oportunidad que tenía de vivir.

No había reflexionado sobre eso, o al menos no tanto, ahora contaba con una vida extra, tuvo la oportunidad de seguir viviendo a pesar de un accidente tan delicado como el que tuvo, sabe que es un verdadero milagro que se encuentre sin secuelas aparentes y es claro que quiere aprovecharla.

Después de ese choque, su vida ha cambiado por completo y no le disgusta, ahora ve con mejores ojos cada pequeña cosa que tiene, su realidad dio un giro de 180 grados y va a valorarlo.

Sus padres lo dirigieron directo a su casa, donde observó todo detalladamente, se sentó en el sofá de la estancia y disfrutó de estar de regreso, acompañó a sus padres a comer, solo observó ya que su dieta era distinta y no aún no podía consumir lo mismo que ellos.

Un rato después cuando las ocho de la noche estaban cercanas, se preparó para salir, abordó la camioneta y le indicó al conductor el lugar al que lo llevaría.

La cafetería era un lugar pequeño pero se veía como un sitio muy visitado por los clientes, tenía un lindo frente azul y ventanas de cristal cubiertas por toldos rayados, un señor cargaba la última mesa que quedaba en las afueras del pintoresco sitio cuando vio a Jimin salir.

—Hasta mañana, señor —se despidió la preciosa voz, los ojos azules se dirigieron al frente y brillaron emocionados cuando vio al alfa que lo esperaba—. ¡Ricitos! —corrió y lo abrazó fuertemente por el torso, el mencionado correspondió inmediatamente.

—Hola, precioso —tomó el rostro del menor entre sus manos y dejó un rápido beso en sus labios—. Te extrañé muchísimo.

—Yo también, alfa —su pequeña nariz frotando el cuello del otro para captar su aroma, ambos subieron al vehículo y comenzaron el recorrido hacia el siguiente empleo del omega.

—Recuerda que mañana voy a ir de nuevo por ti, ¿bien? —dijo el mayor retirando el flequillo que caía por la frente del ojiazul.

—De acuerdo —dijo Jimin mientras frotaba su mejilla en la fuente del alfa para marcarlo con su olor—. Te veo mañana —se estiró para juntar sus labios, se movían lento y serenos sin querer apartarse y cuando por fin lo hizo desapareció dentro de la casa.

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Nuevamente eran las ocho de la noche y Jungkook esperó a su omega afuera de la cafetería, se saludaron con un beso, un abrazo y subieron al vehículo que los transportaría.

—Jim, yo... hice algo —jugaba con la mano del omega, estaban en el asiento de la camioneta mientras ésta avanzaba por las calles—. ¿Recuerdas que prometí que te haría un nido? —los ojos azules brillaron de ilusión y una sonrisa se pintó en el rostro cansado del omega.

—¿Lo hiciste? —pregunta emocionado.

—Si, bueno —lo mira a los ojos —, está en mi departamento, solo me falta agregarle las lu...

—¡Quiero verlo! —interrumpe alegre—. ¿Puedo verlo? —sus ojos algo oscuros pero brillando de felicidad y una sonrisa amenazaba por partirle el rostro.

—Claro que puedes, es tuyo —dejó un rápido beso en sus labios y le acarició la mejilla con ternura, la camioneta se dirigió entonces, al edificio donde solía vivir el alfa.

El lugar era de aspecto grande y abierto con grandes y largos sofás que atravesaban la sala, a espaldas de los sillones se encontraba el comedor y en un cuadrante aledaño se podía ver la cocina, todo pulcramente arreglado y decorando en blancos y grises oscuros

—¿Cómo vivías aquí tú solo? —cuestiona el omega con los ojos abiertos—. Es más grande que mi casa y eso que vivimos cuatro personas ahí —ríe contento.

—¿Te gusta? Si no te gusta podemos comprar otro departamento que te agrade, todo para que seas feliz —miraba expectante al menor.

—Me gusta, es muy lindo, pero le faltan algunos toques para ser perfecto —dice haciendo una mueca para pensar—. Tal vez algunas flores y plantas o más luces, nunca son suficientes luces —caminaba a través del departamento señalando los lugares que podrían mejorar con decoraciones extra.

—Lo apuntaré, todo debe ser como tú quieras que sea —el omega rió alto.

—¿De verdad? Si digo que quiero que esa pared sea de algún color fluorescente, ¿lo harías? —lo miraba burlón pero a la vez ilusionado.

—Por supuesto —asiente firmemente—. Yo haré lo que tú me indiques que se haga —el ojiazul volvió a soltar una carcajada y se acercó para besarlo—. Tendré todo listo para cuando tú quieras vivir aquí.

—Eres el mejor alfa del mundo —lo abraza por el cuello.

—No lo soy, pero trataré de ser digno de ti —tomó su cintura y dejó otro beso rápido en sus gruesos labios—. Ven, te haré algo de comer —sujetó su mano y lo estiró hasta la isla de la cocina, acercó un banco para que el chico tomara asiento y comenzó a sacar cosas del refrigerador.

El alfa era muy diestro en la forma de cocinar, establecieron una rápida conversación sobre el día de Jimin en la cafetería y el del alfa alistando el nido. Jungkook le contó rápidamente que tuvo que ir a varias tiendas porque las sábanas y almohadas no eran lo suficientemente suaves o las luces no tenían el brillo o calidad indicada, Jimin reía ante las cosas que el otro contaba, todo se sentía doméstico y agradable, pronto terminó de preparar la cena y la sirvió en un plato.

—Gracias, alfa —Jimin sonrió agradecido.

—De nada —el mayor le devolvió el gesto y lo observó comer por unos segundos, demasiado embobado con la forma en que Jimin tomaba la cuchara con toda su manita, o la forma en que sus labios se fruncían al masticar, la forma en la que era cuidadoso para no derramar nada aunque siempre terminaría ensuciándose, nuevamente supo que está perdido por Jimin y sus pequeñas cosas que lo hacen él—. Lamento dejarte solito comiendo pero voy a arreglar unas cosas que me faltaron, estaré arriba si me necesitas —dejó un beso rápido y caminó escaleras arriba.

Se apresuró a colocar los últimos detalles y acomodar un poco todo, aseguró las luces a la lampara central y las encendió, todo lucía lindo pero sentía que no era de su total agrado, Jimin merece más, merece lo mejor

—¿Alfa, estás aquí? —la voz de Jimin se escuchaba un poco lejana en el pasillo, así que Jungkook se apuró a salir del lugar para encontrarse con él—. Esta casa es enorme, no te encontraba —suspiró aliviado el ojiazul haciendo que el mayor soltara una risilla.

—Lo lamento —tomó su mano y acariciaba suavemente su antebrazo—. Está listo el nido, pero no siento que sea el mejor, voy a mejorarlo lo prometo —sus ojos se veían profundos y mientras miraba al chico delante de él.

—Si lo hiciste tú, será el mejor nido —levantó su barbilla y lo alentó a caminar hacia la habitación, el alfa abrió la puerta y dentro de ella había una cama cubierta por sábanas y almohadones blancos, unos sobrepuestos sobre otros dando la impresión de comodidad pura, arriba de la cama se encontraba un grupo de telas que formaban un dosel suave cubriendo el colchón y para darle el toque perfecto, era iluminado por varias series de luces de fantasía

—Es hermoso, lo amo —el omega saltó sobre la cama y se acomodó de rodillas, comenzó a olfatear los cojines y edredones—. Es perfecto, gracias.

—Omega, ¿puedo entrar? —solicitó el alfa, es un requisito entre sus castas, nadie puede entrar al nido de un omega, ni siquiera su alfa, aunque se hayan enlazado, no puede ingresar si el omega no ha dado el permiso.

—Puedes —aceptó sonriente, el mayor se colocó en la misma posición que él y tomó sus manos.

—Te brindo este nido porque tú ya me brindaste un hogar, te brindo la esperanza y seguridad de un futuro donde me esforzaré por ser digno de ti y lucharé a cada momento para otorgarte lo que mereces —besa sus manos dulcemente—. Esto es una representación de la tranquilidad, seguridad y abrigo que espero transmitirte cuando me des el privilegio de ser tu alfa, es el refugio que tú, yo y si así lo quieres, nuestros cachorros, llamaremos hogar.

—Gracias alfa —sonríe tímido—. Te quiero.

—Yo te quiero más —lo abraza y ambos se recuestan, Jimin entrelaza sus piernas con las del alfa y se esconde en su cuello olfateando para llenar sus pulmones de la tierra mojada y el tabaco, Jungkook comienza a frotar su mejilla contra la coronilla del menor.

Así poco a poco ambos caen en el sueño, vencidos por la comodidad y calidez que sienten uno a lado del otro

✧✦✧

—Alfa —Jimin hablaba suave desde el abrazo del que era preso—. Jungkook —insistía.

—Mmm —el mencionado hizo amago de despertarse pero solo lo hizo para apretar más el abrazo y esconder su nariz en el cuello del otro.

—¿Puedo quedarme a dormir? —los ojitos azules miraban expectantes.

—Claro, si —dijo adormilado con los ojos cerrados pero recordó algo y se enderezó de inmediato viendo a Jimin directamente, nunca nadie había dormido con él, es decir, si durmió con personas, con varias de hecho, pero sus encuentros eran en otros lugares, nada personal, nada serio.

Su interior se llenó de preocupación por un segundo, estaba llegando a un punto muy importante, y se acaba de dar cuenta, pero no se arrepiente, al ver esa linda cara que lo mira silenciosamente, esos ojos azules tan preciosos en los que podría perderse por horas, no se arrepiente y sabe que jamás lo hará.

—¿Pasa algo, alfa? —cuestiona el omega acunando su rostro.

—No, mi niño —niega con una sonrisa tierna en el rostro—. No pasa nada, al menos nada malo —se acerca nuevamente al otro y lo abraza con fuerza—. Gracias por querer ser mi omega —su voz era algo cortada.

—Si te pasa algo, dímelo —pidió temeroso.

—No, no me pasa nada malo, solo me da mucha ilusión tenerte aquí, entre mis brazos, siendo tan lindo y perfecto —hizo cosquillas en el estómago del menor haciéndolo reír—. Se que yo no quería esto, no lo deseaba en lo absoluto y cometí muchas imprudencias con mi vida —Jimin lo miraba con los ojos bien abiertos—. Yo dormí con varias personas, no aquí por supuesto —aclara—, me negaba todo tipo de demostración de interés personal pero cuando te veo, todo estalla en mi interior, tengo ganas de esforzarme, de ser mejor para poder estar contigo y ser merecedor de tu cariño.

—Tú ya eres el mejor alfa del mundo —sonríe pellizcando una de sus mejillas—. Y eso que dices de dormir con varias personas no tiene que ser considerado un error, todos somos libres de vivir nuestras vidas como deseemos y no tiene que ser mal visto por absolutamente nadie —da una lamida a la nariz del mayor sacándole una risa—. Es lo que querías en su momento y está bien, pero eres mío, mi alfa y estás haciendo cosas nuevas por mi.

—Yo haría todo por ti —limpia su nariz contra la mejilla de Jimin—. El accidente me quitó cuatro meses de mi vida, pero me dio muchas cosas más, me dio una nueva oportunidad para vivir, una nueva perspectiva de la vida y a ti, eres lo más valioso incluso sobre mi propia vida —besa sus labios rápidamente—. Ahora duerme —el ojiazul se gira y pega su espalda contra el pecho del alfa—. Dulces sueños —besa su mejilla y esconde su nariz entre los lacios cabellos.

—Buenas, noches, ricitos.

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